viernes, 2 de enero de 2009

¿Existe el Alma?

El título con que presentamos esta reflexión es una pregunta que suele suscitar interminables y acalorados debates. Esto es debido a que se elude, intencionalmente o no, la pregunta clave que debe ser punto de partida de la discusión. Es decir, debemos explicitar lo más claramente posible qué entendemos que significa el término “alma”. En efecto, si queremos indagar acerca de la existencia o inexistencia de algún objeto que escapa al examen empírico directo, en primer lugar debemos exponer cuáles son las propiedades que le atribuimos a dicho objeto. Se impone, por tanto, comenzar por el análisis semántico.
Intentaré aclarar el significado del término que nos ocupa.
El alma es una supuesta entidad sobrenatural, inmaterial y eterna. Su modo de ser escapa a las leyes naturales conocidas o desconocidas. Existe independientemente del ser que la posee, y por lo tanto, no se necesita ni basta el estudio del sistema nervioso, (mas precisamente del cerebro) si queremos conocer su naturaleza. Esta descripción se ajusta a una visión sobrenaturalista del mundo y es compatible con la religión, la creencia en los fantasmas, en la comunicación con los difuntos, etc., es decir, se fundamenta en la fe ciega, la aceptación de verdades reveladas y en la aceptación acrítica de historias aisladas, no reproducibles y de veracidad no confirmada. Vale también la pena mencionar que la identificación del alma como una “energía” es tan absurda como la atribución de energía al alma. Como lo recalcamos en varias oportunidades, la palabra “energía” suele usarse en forma ambigua e imprecisa, sin tener en claro su significado.
Y ocurre que, transcurridos unos cuantos milenios, y tras interminables especulaciones de teólogos, nadie ha podido ofrecernos la mínima evidencia de la existencia del alma, (al menos como entidad inmaterial). Por el contrario, la Neurociencia y la teoría de la evolución nos ofrecen un bagaje impresionante de nuevos y sólidos conocimientos. ¿No será que la arcaica y obsoleta idea del alma como objeto sobrenatural debe ser reemplazada por ideas modernas y contrastables empíricamente? Dejo planteada esta pregunta libremente al lector.
Desde una perspectiva naturalista, “Alma”, (o “Espíritu”), no existe como entidad real, aunque podemos imaginarla, es decir, solo existe en los cerebros de quienes creen en ella. En todo caso, y si se quiere conservar el término, es el nombre con que se designa un conjunto de funciones que es capaz de ejecutar un sistema biológico altamente evolucionado y complejo (tal como el cerebro humano).No existe independientemente del ser que la “posee”, del mismo modo que no existe una idea si no existe un cerebro que la genere, del mismo modo que no existe el movimiento si no existen objetos que se muevan, del mismo modo que no existen la ira, el amor, el odio, la alegría o la fe sin que exista un ser capaz de experimentar ira, amor, odio, alegría o fe. Las propiedades y las funciones no existen en sí mismas, sino a la par de los objetos que las poseen y de los objetos que ejecutan funciones.
La concepción naturalista se apoya en la Neurociencia moderna, es decir, en el conocimiento objetivo y contrastable del sistema nervioso y sus vinculaciones con otros sistemas que conforman un ser vivo tal como el ser humano. En realidad, en el ámbito de la ciencia natural, no interesa demasiado indagar acerca de la existencia de almas, espíritus o fantasmas. Simplemente estos entes quedan excluidos de la investigación, ya que, se asuma o no su existencia, escapan al examen empírico. Se han elaborado teorías acerca del átomo, los fotones, los campos, etc. pero no existe ninguna teoría acerca del alma. Como es bien sabido, los enunciados de una teoría deben ser capaces de someterse a la contrastación experimental, (salvo en el caso de las ciencias formales).
En resumen, la discusión acerca de la existencia o no del alma es estéril y puede conducir a cualquier cosa si no se aclara en primer lugar el significado del término que se emplea para designar el concepto, y la respuesta a la pregunta que inspira esta reflexión depende de la concepción del mundo que se asuma, (si es que se asume alguna).

1 comentario:

  1. Muy interesante. La discusión es estéril porque para discutir sobre el alma hay que hacerlo desde las premisas que los creyentes imponen.

    Saludos,

    Lille Skvat
    http://lilleskvat.blogspot.com

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