viernes, 2 de enero de 2009

La Ontología ¿Sirve para algo?

La Ontología es la ciencia que se ocupa del estudio de los aspectos más generales de la realidad, tales como los de existencia, materia, vida, mente, causa, tiempo, etc. Teniendo en cuenta su objeto de estudio, la Ontología constituye una de las ramas más importantes de la Filosofía.
Es habitual entre la gente considerar la Ontología (y la Filosofía en general), como una materia limitada a un montón de especulaciones descontroladas acerca del mundo que carecen de aplicación práctica y distanciadas del sentido común. La mayor parte de la gente considera la actitud de filosofar como una pérdida de tiempo.
Me propongo argumentar contra esta difundida opinión, para lo cual me valdré de un sencillo recurso: intentaré aclarar, tanto como me sea posible, y sin exponer demasiados detalles ni refinamientos, algunos de los conceptos fundamentales que son objeto de la Ontología. Intentaré poner en evidencia que cualquier reflexión acerca del mundo que tenga la pretensión de ser fructífera y profunda requiere necesariamente de la depuración conceptual y el análisis de los conceptos claves involucrados como punto de partida.
Por ejemplo, cuando nos preguntamos acerca de qué es la vida, lo habitual es referirse a “vida” como “entidad” que “anima” a ciertos seres. Esta oscura concepción pertenece al conocimiento vulgar y nada nos dice ni aclara. La confusión radica en que lo que debe elucidarse es el significado del predicado “estar vivo”. En efecto, estar vivo es una propiedad emergente en ciertos sistemas. Aclaremos. El sistema más elemental al que podemos asignarle la propiedad de vivir es una célula. Ella es una unidad capaz de efectuar una serie de funciones o actividades que caracterizan a un sistema del que se puede decir que “vive”, tales como reproducirse, intercambiar materia y energía con el medio ambiente, etc. Y decimos “emergente”, ya que los componentes del sistema, tales como las proteínas, ácidos nucleicos, etc. no tienen por sí mismos la propiedad de estar vivos, solo cuando se integran y organizan para formar una célula, emerge la propiedad de la que hablamos: estar vivo. Cuando efectuamos este análisis, advertimos que expresiones tales como “soplo de vida” son oscurantistas y carecen de significado objetivo. A lo sumo son metáforas.
He mencionado el término “emergente”. No corresponde en esta reflexión hacer un análisis formal del concepto de emergencia. Simplemente expongo una simple analogía: cuando dos o más átomos se unen para formar una molécula, se constituye un sistema que posee propiedades que no eran poseídas por sus componentes separados Y nada de misterioso ni mágico hay en ello. En el caso de un sistema vivo vale lo mismo, solo que se trata de una estructura muchísimo mas compleja. Del mismo modo, una neurona aislada no tiene la capacidad de efectuar una función mental compleja, pero sí puede tenerla un sistema constituido por neuronas.
Examinemos el concepto de causa. En primer lugar debemos poner en claro que se trata de un vínculo que se da entre eventos. Una entidad, por el solo hecho de existir, nada puede causar. Sólo un cambio de estado de una entidad puede ser causa de algo. En consecuencia, una expresión tal como “Dios es la causa primera de todo” es errónea, se asuma o no la existencia de tal entidad.
Mas precisamente: dados dos eventos A y B, decimos que A es la causa de B si la ocurrencia de A es suficiente para que ocurra B. Por ejemplo, si se aplica una tensión longitudinalmente a un alambre tal que supere el límite de rotura de aquel, se romperá. Pero puede ocurrir que dado A, no se de B porque se necesita la concurrencia de otras causas, es decir el evento A es necesario pero no suficiente para que se de B. Decimos entonces que A es una causa de B. Por ejemplo, la formación de nubes es necesaria pero no suficiente para que llueva. En vista de lo antedicho, queda claro que expresiones tales como “todo causa todo lo demás” no resisten el mas elemental análisis, (a propósito, aprovecho para señalar que tal frase no es un invento mío, de hecho, alguien la escribió). Finalmente, (aunque no debiera ser necesario aclararlo), no debemos confundir causas con razones, aquellas deben situarse en el mundo real, mientras que éstas son elaboraciones de nuestros cerebros.
¿Y qué decir de la energía? Pocos conceptos como este son tan mal comprendidos y utilizados irresponsablemente para salvar la imprecisión conceptual, (intencionalmente o no). Es habitual que la gente se refiera a la misma como una “fuerza”, o “misteriosa entidad” responsable de ciertos procesos. En el campo de las ciencias la energía está lo suficientemente caracterizada. A tal punto que se cuantifica y se expresa mediante expresiones matemáticas que la describen perfectamente, más aún, es bien sabido que se la clasifica en energía interna, potencial, cinética, etc. En general, aunque no siempre lo explicitamos, no hablamos de energía a secas, sino de energía de algún sistema material, es decir, la energía es una propiedad (nótese bien, una propiedad y no una entidad) de las cosas concretas. Y una propiedad solo existe a la par de lo que la posee, (las propiedades no existen por sí mismas, son propiedades de algo).
Suficiente con estos ejemplos. Espero que pueda advertirse que la Ontología, (y la Filosofía en general), sirve para algo. Al menos, si la tomamos en serio, puede permitirnos ponernos al resguardo de los charlatanes, las trampas del lenguaje y el irracionalismo. Y puede permitirnos disminuir nuestra ignorancia, y sobre todo, satisfacer en la medida de nuestras posibilidades algo que nos caracteriza a los seres humanos: el deseo de aprender.

3 comentarios:

  1. hola, comparto un blog :

    http://debaterazonyfe.com/

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  2. Entendí el texto pero usaste logica y ciencia, no entiendo entonces que aporta o que es la ontología, que ademas no me queda claro cuales han sido sus logros pues si se mantiene vigente es porque aporta algo, la pregunta es ¿que? Saludos.

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